Entre 1880 y 1910, la minería de Cananea vivió un periodo de auténtica reestructuración y modernización productiva que siguió a más de un siglo de inestabilidad y franco estancamiento (prácticamente, desde el descubrimiento de las minas), y que fue, en gran medida, desde mediados de los 1880, una actividad concebida, dirigida y orientada por los intereses de comercios extranjeros, particularmente norteamericanos.
Año de 1900, nace el siglo XX, Cananea comienza a vivir su historia y su gran industria minera.
Trabajando en las minas subterráneas de manera peligrosa. Así morían muchos mineros aplastados y así los que no morían, a los años se deterioraban al trabajar tanto tiempo en la mina y eran despedidos sin compensación por el desgaste del cuerpo. Los sistemas de trabajo y la necesidad de los hombres de sobrevivir hacen que los patrones lleguen a establecer sistemas de explotación y los hombres empiecen a despertar de aquel primer letargo, los reclamos se comienzan a escuchar, pero es más fuerte el poder y la fuerza. Pese a esto, los obreros se sublevan contra sus injustos patrones y sus capataces. El gobierno de Porfirio Díaz apoya al capitalista extranjero y le da más garantía.
En octubre de 1911, poco antes de asumir la presidencia, Francisco I. Madero, estallaron huelgas en las empresas mineras En el libro Minero se relata una Huelga que estalla el 05 de abril de 1940, una huelga que duro 6 meses de desesperación y esperanzas destrozadas, los gringos sabían que era cuestión de esperar para dar el golpe de gracia y lo dieron a partir de esa derrota. La lucha sindical en Cananea sufrió una reorganización completa.
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